De pronto, noté su mano apoyándose sobre mi nuca. Me sobresalté, pero al momento continué con lo que estaba haciendo sin preocuparme en absoluto por su mano, hasta que comenzó a empujar mi cabeza hacia abajo. Ese movimiento hizo que su polla entrase entera en mi boca, más profundo de lo que yo había sido capaz de meterme antes y de súbito, un líquido caliente empezó a desparramarse en mi boca. No podía respirar a causa de su corrida e intenté sacarme su polla de la boca para poder respirar pero él seguía empujando mi cabeza contra su polla por lo que me fue totalmente imposible sacármela de la boca, no quedándome otro remedio que tragarme todo su semen, su leche.